𝑳𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔 𝒆𝒕𝒆𝒓𝒏𝒐

Lo más lindo en esta vida es amar y ser amado en su plenitud, de una forma perdurable en el tiempo. El amor eterno es algo que muchos desean hallar, pero sólo algunos pueden disfrutar de ese amor en esta vida y la venidera con la persona que escogen por la eternidad.

Aunque todo esto suena lindo, no es fácil de lograr, ya que esta vida está llena de pruebas, desafíos y tentaciones, y el amor siempre se pone a prueba.

Para poder lograr esa clase de amor, como siempre he dicho, debemos aprender a amarnos a nosotros mismos y más aun a amar a Dios.

Para quienes aman verdaderamente a Dios y hacen de Él el centro de su vida, al escoger a quien amar, deben de saber si esa persona ama a Dios más que a todo lo que existe en este mundo, incluso más que a ellos mismos, si es así, ese amor tiene la potencialidad de ser duradero y elevarlos espiritualmente, en la medida de su potencial.

Sin embargo, debemos prepararnos para amar y ser amados en una relación de pareja, procurando sanar heridas del pasado y ser felices en soledad, sin necesidad de estar en pareja para sentirse pleno.

Otro aspecto importante a la hora de elegir a esa persona, es no buscarla. Muchos hemos cometido el error de apresurarnos e ilusinarnos con personas que aparecen en el camino, iniciando una relación que con el tiempo no prospera. Si bien cada persona tiene sus defectos y virtudes, y todos debemos de poner de nuestra parte para mantener y cuidar de una relación de pareja, sin huir luego de los primeros problemas, hay ocasiones en que quien uno escoge no es la persona con quien uno puede estar "para toda la vida".

Cada relación es aprendizaje y crecimiento, y de todo lo vivido podemos sacar grandes enseñanzas, sin embargo, para lo que es eterno "vale la pena esperar".

Debemos tomarnos el tiempo necesario para estar en soledad, para conocer a las personas en todas sus facetas y no elegir a alguien por una ilusión o enamoramiento inicial, ya que podemos cometer errores que a veces lamentamos toda una vida.

Para vivir relaciones eternas, no debemos estar buscando a esa "media naranja", sino más bien saber esperar en el Señor. Él sabe que es lo mejor para nosotros, conoce sus tiempos y lo que debe ser, se dará cuando menos lo esperes, de una forma perfecta y maravillosa.

El Señor nos conoce, sabe lo que merecemos y si vamos de su mano por nuestros caminos, Él irá iluminándolos y generando situaciones y encuentros, sólo debemos estar preparados para reconocerlos y vivirlos tal como Él desea.

Mientras esperas en el Señor amate tanto, que todo tu alrededor sienta esa luz que emana de ti y se sienta atraído por ella.

En tu camino si resplandeces y brillas, aparecerán muchas personas, pero aunque lleguen a tu vida, no te quedes con la primera persona que aparezca y te prometa el sol, la luna y las estrellas, porque muchos lo harán si se maravillan al verte y sentir que eres lo que han estado buscando.

Aunque tú seas lo que otros desean encontrar, debes procurar elegir con ojos espirituales a la persona correcta, y eso no se ve como el mundo lo ve, sino que se siente con el alma y el corazón.

Lo sientes cuando estás ante ella y se ilumina tu mirada; cuando tan sólo al verle sientes paz y una conexión inexplicable; cuando las palabras sobran a la hora de expresarse; cuando sientes que su presencia te eleva y te hace ser mejor.

El enamoramiento es pasajero, y se va con el tiempo, al atravesar por desafíos y ver los defectos del otro, mientras que el verdadero amor es eterno.

El verdadero amor no depende si estás o no con esa persona que amas, sino que lo sientes aunque esa persona no esté a tu lado, ya que tu felicidad no depende de ella.

Este nivel de amor sólo se puede alcanzar cuando haces de Dios el centro de tu vida y si esa persona comparte las mismas metas y aspiraciones espirituales, pues el lograr una relación eterna, es trabajo es conjunto, algo que dura toda la vida.

Confía en el Señor, en sus tiempos y sus promesas y en lo que tiene preparado para ti, siendo esto mucho mejor que lo que tú puedes escoger con ojos terrenales.

Las personas no son perfectas, pueden cometer errores, herirte y desilucionarte, esto es parte de la vida y tú también puedes hacerlo, aunque sea sin intención. Sin embargo, debemos aprender a perdonar y a olvidar, sanarnos y a permitir sanar, para poder crecer y ser mejores.

Una relación eterna no es perfecta, tendra altos y bajos, pero ambos van a crecer juntos en todos los desencuentros y los desafíos que enfrenten en la vida. Se conocerán en todas sus facetas y se amarán por lo que son, no viendose la una a la otra como el mundo las ve, sino mas bien como Jesucristo las ve, con ese amor infinito y esa compasión que sólo Él puede brindarnos.

Hay ocasiones en que al atravesar grandes dificultades se producen rupturas, o bien la vida por algún motivo hace que quienes se aman se alejen. Sin embargo, tras el paso del tiempo y la sanación, si hay amor verdadero se produce el reencuentro, existiendo mayor crecimiento emocional y espiritual y un deseo de superarlo todo juntos.

Cuando encuentras a esa persona especial, con quien tu alma siente que desea estar por siempre, por más que pase el tiempo o existan personas que puedan aparecer, nada será lo mismo y ninguna persona será como aquella y eso lo sentirás.

Es ahí cuando la recordarás, desearás volver a tenerla en tu vida y sentirás el deseo de hacer todo lo que puedas para que esta vez sea diferente y puedan volver a disfrutar de ese amor que aunque se apartó, en el fondo siempre estuvo ahí latiendo y nada ni nadie lo pudo extinguir.

Encontrar un amor así realmente es hermoso y un verdadero regalo de la vida, pero es tan delicado y frágil que hay que saber cuidarlo y valorarlo cuando se tiene.

A veces el amor está ahí, pero las personas pueden no volver a estar la una con la otra nuevamente por diversos motivos o errores cometidos, y hay que saber aceptarlo y vivir con eso cuando ya no es posible continuar. La aceptación nos permite ser felices en la vida y es vital para poder cerrar ciclos o etapas. 

En esos momentos podemos aprender de los errores, ser mejores y confiar en que Dios nos ama y siempre nos dará una nueva oportunidad si "hacemos las cosas bien", quizá con la misma persona o quizá con una diferente, sólo hay que confiar en Él. 

Si consideras que hay alguien que ya no es parte de tu presente, a quien no haz podido olvidar y por quien te das cuenta que vale la pena luchar, mi consejo es acercate al Señor y derrama tu corazón a Él. 

En oración, hablale de tus sentimientos, deseos, anhelos y todo lo que hay dentro de tu corazón y pidele guia para tu vida. Si tienes fe suficiente, recibirás de Él los mejores consejos y las mejores respuestas y sabrás que hacer. 

Jamás tomes una decisión importante sin consultar primero a Dios, ya que es vital que cada acción que emprendas sea siguiendo su consejo, pues todo saldrá mejor y seguirás el camino que Él desea para tu vida.

Si sientes que el Señor desea que esa persona amada vuelva a ser parte de tu presente y tu futuro, lucha por ella y haz todo cuanto el Señor te lleve a hacer por y para ella. 

Cuidala, respetala, comprendela y haz todo para que quien amas se sienta la persona más hermosa e importante de esta tierra. Aprende a amarla con todas sus virtudes y defectos y permite que ambos se perfeccionen a partir de su unión y crezcan juntos, lo que implica estar dispuestos a dar lo mejor de si, en incluso a cambiar todo lo que dificulte en la relación o produzca malestar en la otra persona. 

Aprendan a perdonarse y a iniciar de nuevo, olvidando los sentimientos negativos y las malas experiencias, que si bien existieron, deben tomarse como lo que son: experiencias que nos ayudan a madurar, crecer y progresar juntos.

Vale la pena luchar por lo que es eterno y viene de Dios, por tanto si la vida nos lleva a sentir y a reconocer un amor así y sabemos que viene del cielo, no dejemos pasar las oportunidades que Él nos brinda.

A veces cuando decidimos por fin luchar, quizá es demasiado tarde y ese amor esté destinado a guardarse en un rincón de nuestro corazón y quedar ahí por siempre. Existiendo luego nuevas personas y oportunidades, pero nada será igual como ese amor que existió y más aún lo que pudo llegar a ser.  

Con amor LadyLoy.